5 mitos del yoga

¿Has querido empezar a practicar yoga, pero te desanimas porque te dicen que no eres flexible u otra idea similar?

Que no te engañen, aquí desmentimos lo que se dice sobre esta práctica que es para todos.

Los 5 mitos del yoga

1. Es solo para personas flexibles

La flexibilidad es una cualidad física que poca gente trabaja, sin embargo, la única parte del cuerpo que uno debe tener flexible para practicar yoga, como principiante, es la mente… todo lo demás llega con el tiempo.

Por lo tanto, la flexibilidad física no es un requisito, sino un resultado. Cada quien puede trabajar con sus posibilidades y lo único indispensable es querer mejorar.

2. Es lento

Existen más de 50 escuelas o estilos de yoga diferentes. Sí, es cierto que algunas disciplinas son más lentas, pero es por una buena razón, son prácticas más introspectivas que buscan acceder  a tejidos intramusculares.

Sin embargo, hay prácticas más dinámicas como rocket yoga, que precisan niveles de fuerza y flexibilidad exigentes. Te pueden hacer sudar y quemar más calorías que una clase de spinning.

3. Es solo para mujeres

Es verdad que el número de mujeres practicantes es superior que el de los hombres, pero la situación va cambiando poco a poco, especialmente con el boom del entrenamiento funcional, que anima a más hombres a querer tener más control de su cuerpo.

4. Es una religión

Este es un mito extraño, pero aún así debemos aclararlo. La palabra yoga significa “unión” y la práctica no busca nada más que eso: cohesión del cuerpo y la mente.

Y aunque está rodeado de misticismo, es una disciplina inclusiva y practicada en todo el mundo por personas de religiones muy diversas.

5. Es fácil

Si por fácil se entiende físicamente poco exigente, es cierto que una clase de yoga terapéutico puede parecer fácil. En este sentido incluso el yin yoga parece (desde fuera) fácil, aunque mantener posturas que requieren altos niveles de flexibilidad durante tiempos prolongados no es sencillo.

Por otro lado, si hablamos de disciplinas dinámicas como ashtanga o rocket yoga, donde se practican numerosos equilibrios de manos y posturas invertidas, la palabra fácil no tiene cabida alguna.

Durante finales del siglo pasado y principios de este, se han llevado a cabo numerosos estudios que han explicado científicamente los beneficios de la práctica. No te dejes llevar por estos mitos del yoga y prueba una clase para hacerte de tu propia opinión.